23 de septiembre de 2010

Como veranos los exilios

La primavera no existe
es sólo un estrato del verano
aunque en su intimidad desee / ferviente
acalorar los mujeriles pechos
hasta hacerlos desvestirse.

El otoño no existe
es, tan sólo, una extensión del invierno
con tanto pudor y desengaños
como hojas secas que intentan cubrirlo.

La primavera no existe / ni el otoño.
Sólo dos estaciones
habitan el mundo / enfrentadas e irreconciliables
cuya pugna no puede ignorarse
por ser el motor de la historia.

Las demás, aunque no lo sepan,
son el refugio de la falsa conciencia.


2 comentarios:

ana güititi dijo...

Hoy leí esto mientras estaba en el diario. A la vuelta, me colgué pensando en lo que habías escrito...

¿Ya te dije que me gusta cómo escribis, no? Bueno... ya sabés.

Todo lo que tenga que ver con el clima es muy especial para mí. Las estaciones no se quedan atrás. ¿Sabés a qué conclusión llegué? Que tenés razón, aunque no quise ni quiero admitirlo. Después de embrollarme unas cuantas cuadras me di cuenta que realmente el verano y el invierno son de verdad, y el otoño y la primavera (mis estaciones preferidas, capaz hasta hoy) sólo son pintorescas. Son lindas y vienen bien por todos lados, pero en realidad no son muy concretas en sí.

No tengo fundamentos teóricos para explicar otras ideas que se me vienen a la cabeza, pero eso de la falsa conciencia viene como piña.

manuel manolo dijo...

pacífico! pacífico!

pacifista sería un militante por la paz!
pacífico un estado del espiritu

ommmmmmmm
jajaja

un beso miguelo
lindo tu poema
que raro ud
siempre volviendolo todo una lucha de clases
qué bueno

es un sintoma de salud
o una enfermedad terminal
de todos modos
es una invitación a la lucha


agur!