22 de noviembre de 2011

10.

Ésto no es un pedido
más bien se constituye un ruego / una
oración que declama / de rodillas
por su misericordioso ánimo.
Me abandono ante su poder
y espero la salvación.

Antes hice un juramento,
paradoja de la cual no escapo / juré
nunca doblegarme ante la autoridad
pero es que así son las cosas, vidita.

Su deleite es admirar las creaciones
por ella liberadas.
Su albedrío la contenta y es, al mismo tiempo,
lo que la enfurece.

Tu madre es el cielo turbio de otoño
la mía el viento que arrasa el pueblo
y para siempre lo sepulta entre la arena
o hasta el día siguiente
cuando lo deja, tu madre, florecer.

De ambas pido el perdón que cabe
a un preso de las circunstancias
y todavía más, imploro:
no vaya a ser éste el final.

Oh de las cosas que crean
nadie puede objetar acaso un rasgo
y de aquellas que destruyen
nacen mejores.

Es por eso que la entrega
de mi suerte es lo de menos,
no me inquieta en modo alguno
la contradicción que ésto supone;
todavía confío en que los míos
sabrán clavar el puñal
en el momento justo.

26 de octubre de 2011

9.

¿A quién te parecés, oh Noche,
saltando al ruedo de mis emociones / al
cuadrilátero donde se enfrentan / a puño limpio /
el amor / la frustración / la esperanza? / ¿Habrá
sitio para vos entre tanta guerra?
¿Qué equilibrio encontrarás? ¿De qué batallas saldrás triunfante
o triunfadora?
¿De qué discursos / profecías serás capaz
y cuántas exclamaciones deberé aplaudir
antes de reposar mi angustia en tu regazo?
¿Cuántas siestas dormiremos, oh Hermosa? ¿Cuántas mañanas de mate?
¿Cuántas películas con finales tristes o con finales lindos?
¿A quién te parecés? ¿A qué diosa sumeria?
¿A qué engaño / ocultamiento
de las tensiones? / ¿Con qué propósito te mostrás
ante mí con tal desvergüenza?
Como hija del cielo nombrada en tantos himnos
desde antiguo hasta hoy / como
la protección y el peligro
como el vasto espacio entre dos orillas
que son la misma / ¿podré enfrentar
las mandíbulas / las brujas / los observadores?
¿Enfrentarlos para acercarme a tu orilla / para
alcanzar tu otra orilla?
¿Podrás moverte en dirección opuesta / aproximarte
a tientas en la penumbra que gobiernas / que proteges / pero
que aún así te es desconocida?
¿En cuál de las dos orillas ocurre
el encuentro de las distancias insalvables?


25 de octubre de 2011

Los nuevos brotes

Aquel que canta incoherencias
a los gritos / cruza
la plaza agitando los brazos
en un intento por ganar a los gorriones
para su causa
que desafina cada vez que habla /que habla
sin remedio / un día armó una
escuadra de venteveos
y la desarmó inmediatamente
por temor a un desastre nuclear.

Aquel que para pedir permiso guiña un ojo
y para decir te quiero dibuja una nube;
aquel que marca una senda peatonal
en la arena e inventa médanos
en la barranca del río
para trepar hasta la punta y bajar rodando
tumba carnera o vuelta carnero
entre suspiros / entre castillos de piñocha sin reyes
ni caballeros teñidos de sangre / la sangre sólo es otro nido
donde dormir juntos.

Aquel que mastica pedacitos de pan / sentado
en la vereda ve pasar a los pibitos del barrio / saluda
a las viejas encorvadas y a los encorvados / le
chista a los vecinos que conoce
y a los desconocidos que a lo mejor sean / o no / vecinos
como siempre a la tardecita hasta cuando no queda nadie
en esa calle / en esa vereda/ se fueron todos a ver el partido
pero él se quedó / casi dormitando / con la mejilla en el puño
en la dirección correcta para apuntalar un desafío nuevo.

Aquel que desestimó toda chance de aplicar
el materialismo histórico a las cotidianas muestras de cariño
tenues / casi llamas a punto de morir
producto de la fase de retroceso / defensiva / desvinculante
y dedicó gran parte de sus esfuerzos en preparar
una exquisita ensalada de socialismo utópico
para sus amigos.

Aquel de quien pueden decirse
tantas frases elogiosas como elogiantes
será mejor no decirlas por el momento
en guardia y a la espera de
los nuevos brotes
que harán pedazos
las estructuras invisibles que
contienen esfuerzos mudos
por edificar porvenires inciertos.

8.

Ahora que nos morimos
de hambre / de impotencia
o bien sobrevivimos
tragicómicamente.
Ahora que como soldados perecemos
antes de nacer nuestro ejército
que desistimos antes de tomar postura
que nada queda por hacer
aún sin conocer un comienzo.
Ahora / ante todo / saludemos
los restos inertes del proyecto caído
y en honor a su recuerdo
dejemos atrás el fin de la historia
donde el terreno es transparente / y
las esperanzas pocas
para trazar las renovadas propuestas
las incipientes amenazas.

24 de octubre de 2011

6.

ahí donde la ciudad ofrece
un hueco condescendiente
y con todo su asco
que aceptarás como refugio
ante toda inclemencia
es donde la piel se torna piedra
y fragil el corazón.

7.

quiero alegría
como vos inocente
yendo y viniendo
mientras sueño
quiero confianza
rugen tormentas
la carne no alimenta
a un mundo cargado de
las mismas palabras
quiero abrazos
¿quién me hará temblar como vos?

16 de junio de 2011

V.

Anda el rumor
como viento de tierra / alza
granitos de arena que
amarán pestañas de mujer o niño / el
rumor juega en el aire / dice
que el sol vencerá a las nubes,
arma con murmullos municiones
para que aniden en los besos por venir
porque hay confianza en un futuro.
Anda la voz que son voces / voces
que son arengas,
sopla un viento de tierra / sopla
porque eso hace el viento / cesa,
la voz se llama a silencio;
del sud acude otra brisa / rompe
la quietud que antecede a la tormenta;
"lo necesario siempre es posible", dijiste
y al rastro de nuestros pies en la arena
no logró abatir la mar.

5 de junio de 2011

IV.

Y fue su final, como es sabido
morir la muerte
de los inquietos
tal como los pensamientos
ahogados por razón de sí mismos.

Canción de cuna para un diente de leche

Dientito magro del bebé
silueta a punto de nacer
le duele un dolor de hambre
la ruptura le va a doler
dientito nuevo del bebé
a punto no más de nacer
lo acompaña un sollozo
diente que crece por crecer
un sollozo lo acompaña
diente a punto de nacer
a tal punto llanto y risa
muequita tierna del bebé.

29 de marzo de 2011

Gino trabaja en una carbonería

(Se canta con la melodía de "Pato trabaja en una carnicería" de Moris / versión compuesta a varias manos, las de Ale sobre todo).

Todo empezó con el chiste que decía
lo tuyo es mío y lo mío es mío.
Nacidos y criados en esta farsa
decidieron poner fin a ese juego.
Eran los años de mil nueve treinta
y el sol brillaba en el Uruguay.

Banco tras banco ellos iban expropiando
para aportar dinero al movimiento
con todo eso podrían los compañeros
financiar una imprenta y sacar el diario
pa´que en la calle se sepa la idea
de la anarquía y la plena libertad.

Cultivas tu aire ácrata y libertario
pero no te interesa saber la historia
yo te la canto para que reflexiones
para que no repitas los mismos errores.
Decía Miguel Arcángel Roscigna
"la solidaridad hay que practicar".

Cuando cayeron presos los fugitivos
gran alegría hubo entre los carceleros
los burgueses tuvieron por fin alivio
sus bienes estarían bien protegidos
y en el Penal de Punta Carretas
los anarquistas cumplían su condena.

Hasta que los de afuera se iluminaron
pensaron un gran plan y lo ejecutaron:
la carbonería "El Buen Trato"
les sirvió de pantalla entre los vecinos
y bajo la calle cavaron un túnel
para que todos salieran en libertad.

Gino trabaja en una carbonería.
Gino trabaja en una carbonería.
Gino trabaja en una carbonería.
Gino trabaja en una carbonería.

13 de marzo de 2011

Campesinos

De los oratores y los bellatores
unos rezan / los otros guerrean
y los que por debajo de ellos se encuentran
bajo el sol transpiran los recursos
que ofrecen en nombre de la paz de Dios.

Marcelo despertó una mañana
cansado de trabajar
para el festín del oratore / para la gloria del bellatore,
varios despertaron ese día con
la misma idea y
encomendándose a Cristo
colgaron por el cuello a los que
moraban en la abadía.

Tuvieron tiempo de forjar espadas
en la casa del herrero y
comieron juntos
esa noche
a la luz de la luna.

Luego con destreza
cavaron en la tierra
y en los árboles ataron sogas
todas ellas bien dispuestas
y tornaron a dormir dejando una guardia.

A la mañana siguiente Marcelo se levantó el primero
y llevó pan al hombre de la guardia;
allí recibieron el sol
y despertaron a los demás
quienes tomaron su pan y cada cual
corrió a su puesto.

El estruendo de los corceles no tardó en oirse,
ya llegaban el Duque y sus vasallos
con armaduras ornamentadas del bronce más fino;
pocos de ellos lograron cruzar la tranquera
que rezaba en lengua romance "aldea sublevada";
cayeron en los pozos sus caballos
y los jinetes: ajusticiados por las flechas campesinas.

Los caballeros que atravesaron el primer obstáculo
pronto dieron con una nueva emboscada
y de los árboles pendieron sus cuerpos
lacerados por rastrillos y azadones.

De los pocos que restaban, unos huyeron
los demás se enfrentaron a las espadas
chuecas de los segadores.

Marcelo estaba loco de contento
y mientras algunos colgaban al Duque
junto al cura en la abadía
él se fue corriendo a la aldea más cercana
a contar a todos que el día había llegado.

4 de marzo de 2011

Alienación

Miró de reojo
su propia ausencia
con desconfianza la miró
y con angustia
volvió a clavar el aza sobre el surco
sabiendo que no estaba allí
y nunca lo estaría.

3 de marzo de 2011

Posmodernidad I

No se porqué tengo tantas ganas de llorar.
¿Será porque de varias incertidumbres
armé una verdad que idolatro con vehemencia?
¿Será porque no vivo en un tiempo de certezas?
Las ganas de llorar ¿serán por algún desgraciado
hecho o circunstancia que recuerdo?
¿Serán por las pérdidas / por las conquistas mediocres?
En este día con lluvia o soleado
tengo ganas de llorar
y no sé porqué.
Tengo ganas de salir a la lluvia
y empaparme con el sol espléndido.
No sé porqué tengo tantas ganas de llorar.
¿Será por el amor que nunca más sentiré?
¿O por el amor que nunca tuve?
¿Será este llanto una despedida?
¿Será esta agonía una lágrima? ¿Esta porfiada lágrima un comienzo?
¿No son acaso todas las palabras la misma
palabra?
Tengo ganas de llorar, vidita.
Tengo ganas de llorar y lloro
con un nombre falso
en una esquina que no existe
sobre un hombro
que mañana no estará.

23 de febrero de 2011

Si no creyera

Una nueva dinastía nace
del fuego y la muerte
del filo de la espada
y somete a este pueblo valeroso
al más cruel de los yugos
y a sus hijos
al más cruel de los miedos
para que tras sobrevivir un siglo
su simiente continúe arrodillada
alimentando con su esfuerzo
todo el panteón de dioses extranjeros.

Ay, si no creyera que es ese y no otro
el origen del sufrimiento que padecen
los otrora señores de estas tierras
tan vastas como la distancia
que puede abarcar la mirada
desde el río manso al sur
hasta el pie del cerro
allí donde el mundo concluye.

Una nueva dinastía nació en fecha temprana
y edificó su trono sobre la espalda del aldeano
quien no parece conocer su fortuna
por estar acostumbrado a doblar el cuerpo
allí donde recoge la siembra.

Ay, si no supiera
que no es para él lo que cosecha.

Una nueva dinastía que pronto se hizo antigua
en los monumentos al heroe
y las magníficas tumbas
que instruyen al espectador
de la inmutabilidad del cosmos.

Ay, si no creyera
que la historia la hacen los pueblos / aunque
sigan naciendo tiranos
dinastía tras dinastía

y si no creyera que es posible
que es perfectamente posible / que es
absolutamente posible y necesario
terminar con este cuento

si no creyera en todo eso te diría
que amanecí con ganas de besarte
y ahí nomás, en nuestra cama te diría
que sos tan bella como una reina
y que ni todo el oro del mundo ni todo el grano
ni toneladas de especias ni salones repletos de plata
pueden pagar un instante de tu belleza
la que yo disfruto con atrevimiento
como si violase una ley divina.

Si no creyera en lo que dije
y por lo que dije preso no estuviera
te diría que sos tan bella como una reina
y te abrazaría.

Farolito de papel

El sol asomaba
sus pestañas en el Este
y nosotros no habíamos dormido.
El sueño me ganaba la partida
al avanzar su alfil
por el centro mismo de la batalla.

Y al ver la última fila de peones
defenderse con sus recuerdos de la infancia
e intentar una contraofensiva
con las uñas como armas / con ballestas de barro / con
bostezos y suspiros
hasta caer finalmente abatida,
me dijiste algo de una taza de té
que tomamos, luego, en un balcón
con floreros y ropa que tendiste sin mirar
siquiera el tamaño

ahí te acordaste que nosotros siempre
y que cuánto te gustaba
pero a veces cuesta lo que cuesta y es mejor así
que no cueste nada / ni cueste
todo eso que cuesta
y no tuve más remedio que decirte
lo mucho que te parecías a un tango
y te canté un pedacito de ese tango
con la única nostalgia de la que soy capaz
la amargura y el resentimiento.

Milonga de la contradicción

Se despertó una mañana y se apasionó
se metió de lleno y efervesió
se acabó la espuma y se escondió
se mimetizó
se profundizó
se acaloró le dio verguenza y se subió
se trepó muy alto se escalonó
después se mareó y volvió
se envalentonó
pero se avivó
dio un pasito y se arrepintió
gritó
y después calló
pataleó llorisqueó y tosió
una mosca que pasaba se tragó
un traguito de agua y ni se mosquió
se alfabetizó y se doctoró
todo exámen aprobó
sacó patente de sabio y se abatató
perdió la llave en algún rincón
se quedó afuera una noche y se resfrió
como era sabio no se preocupó
se comió una batata y se arrinconó
cruda se la morfó
hecho un bollito en un vagón
cuando el tren ya no anduvo se bajó
alguien vino y lo vendió
pensó que está bien así es mejor
¿pa´ qué quiero tren, digameló?
un borracho vino y le ofreció
un vinito tinto y se lo tomó
se acomodó la corbata se acomodó
se sentó
en una plaza un banquito encontró
era el único que nadie se llevó
un grillito triste lo deprimió
al pasar silbando una canción
cuya letra dice que no hay varón
que no cargue al hombro su contradicción.

14 de febrero de 2011

Compañía de Monte

Mi sangre puede caer sobre esta tierra
sin que a nadie le importe.

Mi nombre puede olvidarse / impunes
quienes me conocieron.

Probablemente a nadie
se le ocurra hacer carteles
con mi rostro
y sean borradas todas las marcas
o huellas o gestos de que fui capaz.

Ninguna paloma irá a buscar
ramitas para mi entierro.

Ningún hijo o hija aprenderá mi lengua.

Acaso nada quede del lugar que habité
ni de los paisajes que admiré / acaso
nada más que un gemido lento me acompañe
y de los recuerdos que se irán conmigo
sólo querría uno.

Tal vez mi sangre caiga / brava / sobre el terruño
y mi nombre de guerra muera
herido en combate
y sólo quede una marca en este suelo:
la de mi cuerpo tendido.

10 de febrero de 2011

III.

Estos versos los escribí
hace mucho tiempo;
los escribí exactamente iguales
a lo que ahora son / a la luz del primer fuego
o de la primer cosecha
para alabar a un dios
que aún no existía.
Escribí estos versos
a orillas de la primer lengua
cuando la torre de Babel
se hundió bajo su propio peso.
Hace mucho tiempo los escribí
y lo sigo haciendo
con voces que murmuran profundidades / comparten
pasados remotos.
Con voces que braman profundidades / auguran
distancias presentes o ausencias.
Versos que escribí / los recuerdo ay / como espinas /
como barcos hundidos / astillados / como
trazos de alguna otra palabra / que
no llegó a ser dicha.
Los escribí en la arena
y entre dos piedras los escribí.
Y los escribí temiendo
que si no lo hiciese
no habría fuego ni cosechas
ni torres tan altas como pudieran construir
los hombres que hablan una misma lengua
y que no habría lengua ni dioses
ni versos que escribir en sus riveras de tinta / de voces
pronunciadas
otra vez.

1 de febrero de 2011

Cielito de Villa Gesell

Permiso pido a la audiencia
para cantar mis cuestiones
sabiendo de los millones
que viven piores carencias.

Cielito hoy vengo a contar
las cosas que a mi me pasan
con esta guitarra criolla
al pie de la mar atlántica

Cielito, cielo que sí
cielito de los turistas
montado en mi bicicleta
paso lejos de su vista

Cielito, cielo querido
que no es Cielo Latini
en la playa los turistas
estrenando sus bikinis

Cielito y no es por quejarme
que no soy blando ´e pellejo
pero estos porteños fieros
vienen más y más soberbios

Cielito lindo y rebelde
cielo que no se doblega
aunque llenen de milicos
tuíta la costanera

y que´l helicóptero surque
amenazante los cielos
arriba de los pinares
vigilante de este pueblo

Cielito, cielo nublado
hoy te pido con anhelo
que juegues pa´l lado mío
y no largues aguacero

que el aguacero, cielito
no es bueno pa´l que trabaja
durante el verano entero
y se cansa de hacer caja

Cielito lindo, la caja
que pertenece al patrón
cielito, el patrón engorda
y el que trabajo soy yo

Cielito querido mío
hoy que estoy en la Avenida
recuerdo que en otros tiempos
rastrillaba a las corridas

la arena que el indesiable
llenaba con su basura
en un balneario del norte
hay que ver cuánta impostura

del abogado y del juez
que venían de vacaciones
andaban robando en las carpas
reposeras y sillones

Cielito, triste cielito
cielo de Villa Gesell
el veintiocho ´e febrero
será cuando yo regrese

cuando regrese, cielito
a orillas del Paraná
tuíto el Rosario entero
un abrazo me dará

Cielito, cielo que sí
cielito de los veranos
que la libertá amanezca
para todos mis hermanos

mis hermanos proletarios
cielito, de todo el mundo
ya van juntando conciencia
y van desatando el nudo

porque ese lazo, cielito
que nos tenía amarraos
termina prontito un día
como termina el verano.

22 de enero de 2011

Maldición de Malinche

Hubo Hernán Cortés
de hacerse aliado
de los Tlaxcaltecas
para entrar triunfante
en la ciudad mexica
de Tenochtitlán
y tomar para sí
todo el oro que allí había
y todavía más,
que a eso le llaman evangelizar.
Después de muertos
y huídos los mozárabes,
expulsados de Granada.
Hechos de obsidiana son
los engaños que hieren nuestro pasado
de sur a norte
se relativiza
con fruición posmoderna
y entusiasmo
allí donde no hay otra cosa
que explotadores y explotados
algunos intelectuales ven flechas enemigas
que cubren el cielo / dibujan círculos en el aire
o tienen dirección zigzagueante.
Así crecen campos enteros de confusión
sembrada por el campesino
a punta de hambre y amenazas
o también de traiciones
como la de Malintzin a orillas del lago Texcoco
como la de aquel que en nombre de la libertad
se alía con el poderoso
se embarca en batalla que poca gloria trae
al combatiente
que pelea por elegir opresor.
Desciende así
la sangre centenaria / cataratas sobre muros
que aún siguen allí / señalan nuestra derrota.