23 de febrero de 2011

Si no creyera

Una nueva dinastía nace
del fuego y la muerte
del filo de la espada
y somete a este pueblo valeroso
al más cruel de los yugos
y a sus hijos
al más cruel de los miedos
para que tras sobrevivir un siglo
su simiente continúe arrodillada
alimentando con su esfuerzo
todo el panteón de dioses extranjeros.

Ay, si no creyera que es ese y no otro
el origen del sufrimiento que padecen
los otrora señores de estas tierras
tan vastas como la distancia
que puede abarcar la mirada
desde el río manso al sur
hasta el pie del cerro
allí donde el mundo concluye.

Una nueva dinastía nació en fecha temprana
y edificó su trono sobre la espalda del aldeano
quien no parece conocer su fortuna
por estar acostumbrado a doblar el cuerpo
allí donde recoge la siembra.

Ay, si no supiera
que no es para él lo que cosecha.

Una nueva dinastía que pronto se hizo antigua
en los monumentos al heroe
y las magníficas tumbas
que instruyen al espectador
de la inmutabilidad del cosmos.

Ay, si no creyera
que la historia la hacen los pueblos / aunque
sigan naciendo tiranos
dinastía tras dinastía

y si no creyera que es posible
que es perfectamente posible / que es
absolutamente posible y necesario
terminar con este cuento

si no creyera en todo eso te diría
que amanecí con ganas de besarte
y ahí nomás, en nuestra cama te diría
que sos tan bella como una reina
y que ni todo el oro del mundo ni todo el grano
ni toneladas de especias ni salones repletos de plata
pueden pagar un instante de tu belleza
la que yo disfruto con atrevimiento
como si violase una ley divina.

Si no creyera en lo que dije
y por lo que dije preso no estuviera
te diría que sos tan bella como una reina
y te abrazaría.

Farolito de papel

El sol asomaba
sus pestañas en el Este
y nosotros no habíamos dormido.
El sueño me ganaba la partida
al avanzar su alfil
por el centro mismo de la batalla.

Y al ver la última fila de peones
defenderse con sus recuerdos de la infancia
e intentar una contraofensiva
con las uñas como armas / con ballestas de barro / con
bostezos y suspiros
hasta caer finalmente abatida,
me dijiste algo de una taza de té
que tomamos, luego, en un balcón
con floreros y ropa que tendiste sin mirar
siquiera el tamaño

ahí te acordaste que nosotros siempre
y que cuánto te gustaba
pero a veces cuesta lo que cuesta y es mejor así
que no cueste nada / ni cueste
todo eso que cuesta
y no tuve más remedio que decirte
lo mucho que te parecías a un tango
y te canté un pedacito de ese tango
con la única nostalgia de la que soy capaz
la amargura y el resentimiento.

Milonga de la contradicción

Se despertó una mañana y se apasionó
se metió de lleno y efervesió
se acabó la espuma y se escondió
se mimetizó
se profundizó
se acaloró le dio verguenza y se subió
se trepó muy alto se escalonó
después se mareó y volvió
se envalentonó
pero se avivó
dio un pasito y se arrepintió
gritó
y después calló
pataleó llorisqueó y tosió
una mosca que pasaba se tragó
un traguito de agua y ni se mosquió
se alfabetizó y se doctoró
todo exámen aprobó
sacó patente de sabio y se abatató
perdió la llave en algún rincón
se quedó afuera una noche y se resfrió
como era sabio no se preocupó
se comió una batata y se arrinconó
cruda se la morfó
hecho un bollito en un vagón
cuando el tren ya no anduvo se bajó
alguien vino y lo vendió
pensó que está bien así es mejor
¿pa´ qué quiero tren, digameló?
un borracho vino y le ofreció
un vinito tinto y se lo tomó
se acomodó la corbata se acomodó
se sentó
en una plaza un banquito encontró
era el único que nadie se llevó
un grillito triste lo deprimió
al pasar silbando una canción
cuya letra dice que no hay varón
que no cargue al hombro su contradicción.

14 de febrero de 2011

Compañía de Monte

Mi sangre puede caer sobre esta tierra
sin que a nadie le importe.

Mi nombre puede olvidarse / impunes
quienes me conocieron.

Probablemente a nadie
se le ocurra hacer carteles
con mi rostro
y sean borradas todas las marcas
o huellas o gestos de que fui capaz.

Ninguna paloma irá a buscar
ramitas para mi entierro.

Ningún hijo o hija aprenderá mi lengua.

Acaso nada quede del lugar que habité
ni de los paisajes que admiré / acaso
nada más que un gemido lento me acompañe
y de los recuerdos que se irán conmigo
sólo querría uno.

Tal vez mi sangre caiga / brava / sobre el terruño
y mi nombre de guerra muera
herido en combate
y sólo quede una marca en este suelo:
la de mi cuerpo tendido.

10 de febrero de 2011

III.

Estos versos los escribí
hace mucho tiempo;
los escribí exactamente iguales
a lo que ahora son / a la luz del primer fuego
o de la primer cosecha
para alabar a un dios
que aún no existía.
Escribí estos versos
a orillas de la primer lengua
cuando la torre de Babel
se hundió bajo su propio peso.
Hace mucho tiempo los escribí
y lo sigo haciendo
con voces que murmuran profundidades / comparten
pasados remotos.
Con voces que braman profundidades / auguran
distancias presentes o ausencias.
Versos que escribí / los recuerdo ay / como espinas /
como barcos hundidos / astillados / como
trazos de alguna otra palabra / que
no llegó a ser dicha.
Los escribí en la arena
y entre dos piedras los escribí.
Y los escribí temiendo
que si no lo hiciese
no habría fuego ni cosechas
ni torres tan altas como pudieran construir
los hombres que hablan una misma lengua
y que no habría lengua ni dioses
ni versos que escribir en sus riveras de tinta / de voces
pronunciadas
otra vez.

1 de febrero de 2011

Cielito de Villa Gesell

Permiso pido a la audiencia
para cantar mis cuestiones
sabiendo de los millones
que viven piores carencias.

Cielito hoy vengo a contar
las cosas que a mi me pasan
con esta guitarra criolla
al pie de la mar atlántica

Cielito, cielo que sí
cielito de los turistas
montado en mi bicicleta
paso lejos de su vista

Cielito, cielo querido
que no es Cielo Latini
en la playa los turistas
estrenando sus bikinis

Cielito y no es por quejarme
que no soy blando ´e pellejo
pero estos porteños fieros
vienen más y más soberbios

Cielito lindo y rebelde
cielo que no se doblega
aunque llenen de milicos
tuíta la costanera

y que´l helicóptero surque
amenazante los cielos
arriba de los pinares
vigilante de este pueblo

Cielito, cielo nublado
hoy te pido con anhelo
que juegues pa´l lado mío
y no largues aguacero

que el aguacero, cielito
no es bueno pa´l que trabaja
durante el verano entero
y se cansa de hacer caja

Cielito lindo, la caja
que pertenece al patrón
cielito, el patrón engorda
y el que trabajo soy yo

Cielito querido mío
hoy que estoy en la Avenida
recuerdo que en otros tiempos
rastrillaba a las corridas

la arena que el indesiable
llenaba con su basura
en un balneario del norte
hay que ver cuánta impostura

del abogado y del juez
que venían de vacaciones
andaban robando en las carpas
reposeras y sillones

Cielito, triste cielito
cielo de Villa Gesell
el veintiocho ´e febrero
será cuando yo regrese

cuando regrese, cielito
a orillas del Paraná
tuíto el Rosario entero
un abrazo me dará

Cielito, cielo que sí
cielito de los veranos
que la libertá amanezca
para todos mis hermanos

mis hermanos proletarios
cielito, de todo el mundo
ya van juntando conciencia
y van desatando el nudo

porque ese lazo, cielito
que nos tenía amarraos
termina prontito un día
como termina el verano.